El lenguaje es un progreso evolutivo único que ha jugado un papel crucial en el desarrollo humano. En nuestro centro investigamos cómo funciona este sistema y tratamos de identificar los mecanismos neurales subyacentes; más concretamente, la variación individual en la lateralización hemisférica de la percepción del lenguaje, el rol de la atención en la percepción del lenguaje (analizamos la sincronización lenguaje-cerebro bajo condiciones ruidosas), la relación entre la percepción y la producción, las interacciones hablante-oyente, la posible capacidad de la percepción temprana del lenguaje para predecir las habilidades lingüísticas posteriores o el desarrollo de herramientas para el diagnóstico de trastornos del lenguaje.
A pesar de que el lenguaje es predominante en el hemisferio izquierdo, varía considerablemente de persona a persona. Nosotros estudiamos esta variación en diferentes ámbitos (lenguaje escrito u oral), tanto durante la percepción y producción del lenguaje como en estado de reposo, mediante las técnicas de Resonancia Magnética (MRI) y Magnetoencefalografía (MEG).
Datos recientes demuestran que la actividad oscilatoria continua del cerebro se alinea en fase con los patrones temporales pseudorrítmicos del lenguaje. Esta «sincronización cerebro-lenguaje» refleja el seguimiento de las modulaciones temporales lentas de la envolvente del habla. Por un lado, examinamos si una mayor trazabilidad del lenguaje cortical podría predecir una mejor comprensión del lenguaje y, por otro, investigamos el papel de la atención en la percepción del lenguaje; para ello observamos la sincronización lenguaje-cerebro en condiciones ecológicas ruidosas. En concreto, analizamos cómo se enfrentan los bilingües a múltiples estímulos lingüísticos cuando los flujos de habla que deben escuchar o ignorar están en el mismo idioma o en uno distinto. Además, investigamos cómo responde el cerebro tanto a estímulos inteligibles como ininteligibles.
La hipótesis más común sugiere que la percepción del lenguaje y la producción del lenguaje comparten representaciones, es decir, que aprender algo sobre una de ellas refuerza el aprendizaje de la otra. Nuestros estudios tienen como objetivo analizar cómo se ve afectado el aprendizaje del lenguaje por su producción; para ello utilizamos test discriminatorios y medidas de eye-tracking para así poder evaluar si la producción durante el aprendizaje afecta al aprendizaje perceptual. Dado que el aprendizaje de una segunda lengua normalmente implica repetir lo que dice el profesor, estos resultados serían de gran relevancia para la práctica en el aula. La lectura también es un componente de peso de la instrucción en clase; nosotros investigamos si la forma en la que percibimos y producimos los sonidos del lenguaje está influenciada en gran medida por las habilidades de lectura y las normas ortográficas.
Las medidas conductuales y neurales nos sirven para valorar el impacto de la identidad del hablante (p. ej., hablante extranjero, voz sintetizada, avatar) en el nivel de carga atencional y retención de información del oyente. Este estudio desvelará cómo influyen las propiedades de la voz del hablante en la memoria, atención y percepción del lenguaje (normalmente de forma individual).
Los trastornos del lenguaje suelen diagnosticarse en la etapa preescolar o escolar, cuando las habilidades lingüísticas expresivas de los niños pueden ser evaluadas. Sin embargo, las habilidades de percepción del habla pueden medirse en los primeros meses de vida del niño, lo que proporciona indicadores de futuras habilidades para el lenguaje como el tamaño del vocabulario y la lectoescritura. En nuestro centro examinamos la capacidad temprana de los niños para discriminar contrastes de sonidos del habla que indiquen cambios de significado en su lengua materna, así como para ignorar aquellos que no marcan diferencia. Por otro lado, combinamos técnicas neurofisiológicas (EEG) que detectan diferencias individuales en bebés monolingües y bilingües a la hora de discriminar entre sonidos nativos y no nativos. Nosotros relacionamos estos posibles biomarcadores tempranos con la habilidad para el lenguaje en el segundo año de vida.
Por último, desarrollamos herramientas para diagnosticar y solucionar los trastornos del lenguaje mediante tareas diseñadas según los últimos resultados en investigación sobre procesamiento del lenguaje.