(Donostia, 14 de diciembre de 2022).- Cuando alguien escucha por primera vez un concepto o el nombre de una persona, la fórmula más extendida de aprender esta nueva palabra es repetirla en voz alta. Sin embargo, los efectos que esta producción casi simultánea tiene en nuestra capacidad para aprender nuevos términos han resultado ser contradictorios en los estudios realizados hasta ahora.
En este sentido, una nueva investigación llevada a cabo por el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) concluye que esta repetición de palabras para adquirir nuevo vocabulario puede tener efectos negativos en el aprendizaje, sobre todo cuando esta se realiza de forma inmediata; mientras que la escucha de esa misma palabra o hacer una pausa entre la recepción y la producción de la palabra puede ser más efectiva para aprenderla.
Para llegar a esta afirmación, los expertos de BCBL han analizado en más de 300 personas voluntarias los mecanismos cognitivos involucrados en el procesamiento del lenguaje, poniendo el foco en cómo somos capaces de reconocer un término recién integrado en nuestro léxico mental.
«En este estudio hemos medido cómo repetir o no repetir en voz alta, de manera inmediata, una nueva palabra puede afectar al aprendizaje; es decir, qué impacto tiene realmente esta técnica de estudio en la integración a nuestro sistema léxico de un concepto que acabamos de escuchar para después poder reconocerlo», subraya Efthymia Kapnoula, investigadora de BCBL al frente del proyecto.
Sesiones de entrenamiento
Los participantes que han ayudado a los investigadores de BCBL a tener los datos necesarios para llevar a cabo este estudio se han sometido a diferentes pruebas y sesiones de entrenamiento para comprobar cuál es la mejor manera de estudiar una palabra inédita.
Así, en una primera fase del proyecto, se emplearon técnicas de eye-tracking para observar en tiempo real si repetir o no una palabra aprendida y oída previamente tenía efectos negativos o positivos en la integración de la misma en el sistema léxico mental.
«En este primer experimento vimos que la repetición tenía un ligero efecto positivo al principio, pero su impacto al final era negativo», añade Kapnoula.
Mientras tanto, en una segunda fase, se emplearon términos más largos en el entrenamiento y se modificaron después algunos de los sonidos, como la «s» por la «f», para testar hasta qué punto los mecanismos cognitivos eran capaces no solo de integrar la palabra, sino también de recalibrar la percepción sonora del habla para reconocer la palabra correcta.
En este segundo entrenamiento además los participantes se dividieron en cuatro grupos diferentes: algunos tan solo tenían que escuchar la palabra para aprenderla, otros tenían que repetirla nada más oírla, otros repetirla dos segundos después de oírla y un último grupo tenía que repetirla hasta cuatro segundos después.
Según los expertos de BCBL, las diferentes fórmulas ayudaron a determinar que el efecto negativo de la repetición de palabras en el estudio se debe al solapamiento en el tiempo entre la producción y la codificación cerebral de la palabra.
«Cuando una persona repite una palabra inmediatamente después de escucharla, dedica unos recursos cognitivos en preparar la producción que no puede emplear para codificar profundamente esa palabra. En contraste, si la producción se retrasa unos segundos, se evita este solapamiento y se puede realizar un aprendizaje y una codificación más profunda», explica la investigadora de BCBL.
Los resultados, publicados en la revista Language, Cognition and Neuroscience, además de aumentar el conocimiento sobre los mecanismos cognitivos implicados en el aprendizaje de palabras, pueden ayudar también a desarrollar programas de educación más eficientes.
«Entender estos mecanismos cognitivos nos puede enseñar cómo usar la repetición más eficientemente en contextos educativos. Por ejemplo, el profesorado puede animar a sus alumnos y alumnas a que repitan una nueva palabra la primera vez que la escuchen, pero después de este primer encuentro los procesos de aprendizaje deberían enfocarse más en la escucha y no en la producción», concluye Kapnoula.
Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, el proyecto de BCBL podría en un futuro abrir nuevas líneas de investigación para comprobar el impacto que puede tener añadir un mayor período de pausa, hasta un día de descanso por ejemplo, entre la escucha y la producción para un mejor aprendizaje.
Sobre el BCBL
Basque Center on Cognition, Brain and Language es un centro internacional de investigación interdisciplinar con sede en San Sebastián para el estudio de la cognición, el cerebro y el lenguaje. Está impulsado por el Gobierno Vasco con el objetivo de fomentar la ciencia y la investigación en Euskadi. Además, cuenta entre sus socios con Ikerbasque, Innobasque, la Diputación de Gipuzkoa y la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)
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